lunes, 13 de septiembre de 2010

Mujeres y revolución


En los años anteriores al levantamiento armado de 1910, comenzó una transformación social e ideológica que se fue gestando hasta dar lugar a la rebelión armada del 20 de noviembre. Las mujeres tuvieron un papel importante en el antecedente inmediato a la revolución mexicana, participación que no suele recordarse en la Historia oficial, ni en las celebraciones, es por ello que señalaré su relevancia:

Es innegable, durante los treinta años que Porfirio Díaz estuvo al frente del país se lograron importantes avances económicos, principalmente en el sector de la industria, la minería y los ferrocarriles. Pero el progreso no benefició a todos: los campesinos eran despojados de sus tierras, para beneficiarse las compañías privadas y los hacendados, además de que los obreros realizaban jornadas de trabajo extenuante y mal remunerado. Con el desarrollo industrial fue necesaria la mano de obra de las mujeres, pero ello no significó un avance en materia de equidad de género, ya que sus derechos tampoco fueron respetados, ni se les brindó la seguridad laboral que se les debía otorgar.

Había inconformidad entre los más vulnerables, pero fueron los integrantes de la clase media (maestros, personas con alguna formación técnica y abogados) los que comenzaron a expresar públicamente sus inconformidades, mediante periódicos de oposición y huelgas.
En el año de 1907, sólo tres años antes del movimiento armado, el 78.29% del total de profesores en México eran mujeres 1. Si los maestros fueron de los primeros grupos en expresarse en contra del régimen, la estadística nos hace pensar que las mujeres ejercieron una influencia importante para que se llevara a cabo la revolución social.
Para ilustrar lo anterior, está el trabajo de Dolores Jiménez y Muro (1850 – 1925), profesora, periodista y defensora de los derechos. Redactó el Plan político -social de la Sierra de Guerrero, el cual es considerado el antecedente inmediato del Plan de San Luis (con el que Francisco I. Madero convocó a rebelión armada el 20 de noviembre de 1910)

Dolores Jiménez y Muro desconoció al gobierno de Díaz, buscaba la dignificación de los indígenas, estaba a favor de un aumento salarial a los jornaleros, buscó la reducción de la jornada laboral a 8 horas, se manifestó en contra de los monopolios y apostaba por el voto libre y la no reelección.

Realizó una doble lucha por la igualdad de derechos: los de las mujeres y los de la sociedad mexicana en general: “Es tiempo de que las mujeres mexicanas reconozcan que sus derechos y obligaciones van más allá del hogar” manifestó en una protesta el 11 de septiembre de 1910 en la Ciudad de México. Después de unirse al zapatismo como oradora y profesora, Victoriano Huerta la encarceló. Sus últimos días los dedicó a escribir en la revista El correo de las señoras.

Una revolución de ideas. Las mujeres como Dolores Jiménez y Muro influyeron de manera determinante en lo que sería el proceso revolucionario en México, labores y logros que deben comenzar a ser reconocidos por la Historia del país.

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