Todos los domingos en la Vía Recreactiva las familias pueden asistir a escuchar narraciones al aire libre
La idea de llevar a las calles a autores como Agustín Yáñez y Jorge Ibargüengoitia es para sembrar en los niños y las niñas el placer por la lectura, así como para conocer las historias que a los pequeños les pasan por la mente.
“A mí me fascina el que nos estén acompañando y participando. Está lleno el espacio, a lo mejor porque tenemos poquitos lugares pero regularmente ha habido gente. Ellos se van contentos”.
Aseguró que adultos, niñas y niños disfrutan de escuchar cuentos, pero que el espacio de lectura también invita a los asistentes a escribir y compartir sus propias narraciones: “Aquí aparecen textos extraordinarios que podrían estar en cualquier libro de literatura. Eso es muy bueno”.
El Faro de la Lectura tiene visitantes ocasionales y otros que acuden cada domingo. Ana Luisa Medina (a la derecha en la fotografía, vistiendo una blusa rosa) acudió por primera vez y prometió volver con su pequeña hija.
Pero además, Ana Luisa tiene sugerencias para mejorar el espacio de lectura, el cual tiene dos principales deficiencias:
“La música (proveniente de las carpas vecinas a la de El Faro) no deja escuchar al narrador. Hay que respetar la zona, si es de lectura pues la gente se distrae. También un mejor sonido para que se aprecie mejor”.
Lo anterior lo expresó ya que el altavoz del que se vale Isidro Delgado el Cuentacuentos, se oye distorsionado y opacado por la interferencia de una señal de radio que se alcanza a percibir en segundo plano. Es una falla notoria, pero que según los encargados no ocurre con frecuencia.